"¿Por qué entonces empezaba a notar las cosas feas, las que no funcionaban, las que morían, las que se echaban a perder?¿Por qué empecé a sentir dificultad? No lo sabía, no lo supe entonces y talvez nunca lo sabré. Pero en mí algo muy fuerte sucedió, algo cambió.
No es cierto. Todo sigue igual, nada se ha descompuesto, nada se ha puesto feo. Yo te amo, no quiero en esta viida más que tu presencia, nada en este mundo más que estar contigo. Tu eres el punto absoluto de toda partida y de toda llegada y no puedo, yo no quiero separarme de ti.
Yo, la que he sentido celos. Yo la que ha tenido dudas, miedos, culpas. Yo, la que ha atisbado tus pasos, escuchado el sonido de tu respiración, olido tu ropa, esperado mientras vas al baño. Yo, la que siempre quería más, la que siempre te extrañaba.
Soy una que se no se reconoce, que no se sabe mirar ni se puede ori. Soy una que ha perdido su alegría, que vive en la desesperación y el desasosiego. Soy una que no cabe en su cuerpo ni puede dejar pasar el tiempo.
Fui dos, tres, diez mujeres para ti. Todas las mujeres que tu querías yo las fui. Con tal que nunca te enojaras, que nunca volviera esa tu mirada ausente. Y le pedí al Señor: ten piedad de mí, ten piedad. Piedad de la que delira, de la que tiene esta obsesión, esta enferemdad.
Porque yo he tenido contigo una obsesión, una enfermedad. Por retenerte anduve por los mercados pidiéndoles a las marchantas ayudas, emplastos, cataplasmas y tés. Para que me amaras, para que nunca miraras a otra, para que jamás te fueras, le recé a todas las vírgenes y a todos los santos. Y para soportar tanta angustia probé la acupuntura, las clabacitas crudas, los masajes de relajación y las técnicas de grito, las galletas de avena y las pastillas de miel. Porbé respirar hondo, aullar a todo volumen, brincar y correr. Hasta probé llorar. Pero tú no te diste cuenta, tú nunca supiste nada de mi".
No es cierto. Todo sigue igual, nada se ha descompuesto, nada se ha puesto feo. Yo te amo, no quiero en esta viida más que tu presencia, nada en este mundo más que estar contigo. Tu eres el punto absoluto de toda partida y de toda llegada y no puedo, yo no quiero separarme de ti.
Yo, la que he sentido celos. Yo la que ha tenido dudas, miedos, culpas. Yo, la que ha atisbado tus pasos, escuchado el sonido de tu respiración, olido tu ropa, esperado mientras vas al baño. Yo, la que siempre quería más, la que siempre te extrañaba.
Soy una que se no se reconoce, que no se sabe mirar ni se puede ori. Soy una que ha perdido su alegría, que vive en la desesperación y el desasosiego. Soy una que no cabe en su cuerpo ni puede dejar pasar el tiempo.
Fui dos, tres, diez mujeres para ti. Todas las mujeres que tu querías yo las fui. Con tal que nunca te enojaras, que nunca volviera esa tu mirada ausente. Y le pedí al Señor: ten piedad de mí, ten piedad. Piedad de la que delira, de la que tiene esta obsesión, esta enferemdad.
Porque yo he tenido contigo una obsesión, una enfermedad. Por retenerte anduve por los mercados pidiéndoles a las marchantas ayudas, emplastos, cataplasmas y tés. Para que me amaras, para que nunca miraras a otra, para que jamás te fueras, le recé a todas las vírgenes y a todos los santos. Y para soportar tanta angustia probé la acupuntura, las clabacitas crudas, los masajes de relajación y las técnicas de grito, las galletas de avena y las pastillas de miel. Porbé respirar hondo, aullar a todo volumen, brincar y correr. Hasta probé llorar. Pero tú no te diste cuenta, tú nunca supiste nada de mi".
Parte 1
Fragmento
"Demasido amor"
de Sara Sefchovich
Fragmento
"Demasido amor"
de Sara Sefchovich
*Me encanta este libro :D*
0 comentarios:
Publicar un comentario