Y entonces te empecé a odiar. Te odie cuando el polvo se me echaba encima y tú ni me mirabas, cuando el desierto se me echaba encima y tú ni te inmutabas, cuando me cansaba y tú ni te enterabas. Te odié cuando la lluvia, el sol, el silencio, el olor a fritangas, el calor del medio día. Te odié porque sabías muchas cosas, porque me llevabas por caminos curvosos y carreteras infinitas, porque me hiciste levantarme al alba para ver unas ruinas y encerrarme a media tarde para descansar, porque me llevaste muy lejos para ver unas mariposas pegadas a los árboles y me subiste en una avioneta para ver el café. Te odie porque atravesamos mil pueblos fantasma y mil lechos secos de ríos y porque me hiciste comprar tantas cosas y beber tanta cerveza y mirar tantos magueyes y comer tanto maíz.
Pero sobre todo te odié porque nunca me pregustaste nada de mi.
Pero sobre todo te odié porque nunca me pregustaste nada de mi.
Parte 2
Fragmento
"Demasiado amor"
de Sara Sefchovich
Fragmento
"Demasiado amor"
de Sara Sefchovich
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