domingo, 26 de abril de 2009

10 de marzo (parte 3)

"No, no era el terror a perderte. Eso lo hubiera podido soportar. Hubiera entonces luchado por impedirlo. Hubiera luchado contra la locura, contra la desesperación, contra la abstinencia, contra el abandono, contra los riesgos, contra las otras, contra los espejismos, contra la ironía y la ausencia, contra el temor y la vanidad, contra la amargura y contra la nostalgia. Hasta hubiera podido mejor soportar las cenizas del fuego, las huellas, los restos.

Pero no podía luchar contra la costumbre. Contra este amor que amenazaba con durar para siempre y por siempre igual. Tuve miedo de no poder preservarlo sin corromperlo, sin aburrirlo, sin saciarlo, sin saturarlo, sin que se volviera insulso, vacío. Tuve miedo de que los cuerpos no pudieran renovar su alegría, miedo de que el sueño no perdurara.

Si tuve miedo de que este amor se volviera menos vasto que mis fantasías, más opaco que mis ensueños. Tuve miedo de sentir calma, de tener paciencia, de los lugares comunes, de la repetición, de perder los secretos y perder los encantos, de la indiferencia, de no oír a lo lejos tus pasos, de no sobresaltarme con el cerrar de una puerta, de no alegrarme con el rechinar de tu coche lejano, de no perseguir tu sombra, tus huellas, tu eco. Tuve miedo de no poder conservar esta isla de no poder mantener encendido el fuego sagrado, de no dejar para siempre abierto el horizonte infinito de Dios. Tuve miedo de la costumbre, miedo de poder dormir profundamente".

Parte 3
Fragmento
"Demasiado amor"
de Sara Sefchovich

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