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"...Me quedé pensando en eso de los asuntos imposibles. No sé si los haya realmente. Lo que sé es que hay asuntos por los cuales no vale la pena hacer tanto esfuerzo. Yo haría todo, es mi naturaleza, pero si del otro lado no hay señales, no hay señales. Y cada vez es más difícil entender las señales que dan vueltas por el mundo de hoy. Todas las señales parecen estar contaminadas por asuntos demasiado complicados (los propios, los del alma y el cerebro). Y cada vez las acciones tienen menos que ver con las palabras. Todo el mundo dice una cosa y hace otra. Yo no sé si creerle a las puteadas o a las caricias, a los puñales o a los susurros. Siempre me gustaron las palabras, pero mi amor por el silencio provoca que me deje guiar por los abrazos. Lo cierto es que no entiendo nada de lo que me quieren decir, y me cansé de suponer..."

Fragmento de la editorial de Muerte Chiquita.