domingo, 19 de abril de 2009

sapOs encantadOs

'Sapos encantados, auténticos y garantizados'...

Así decía el letrero sobre el acuario de cristal, lleno de
pequeños sapos, en una tienda.

La idea se me hizo medio fumada y la curiosidad me llevó a
preguntarle a la mujer que tendía que me explicara.
Y me contestó esta jalada:'Se convierten en príncipes, sólo tienes que seguir las instrucciones'y diciendo esto me entregó un pequeño cuadernillo de barata con las instrucciones.Por supuesto que yo ni le creí, pero la vendedora tomó uno al azar y me lo dio asegurándome 'TODOS SON IGUALES' me dijo : '¡Sigue las instrucciones al pie de la letra y mañana a estas horas tendrás a tu príncipe!'Al llegar a la casa pensé 'pinche vieja loca, ahora qué voy a hacer con este sapo'.

Me puse a leer las instrucciones.
Bastaba con alimentar al bicho asqueroso cada media hora exactamente, durante 24 horas exactas, día y noche, sin retrasarse ni un minuto, ni saltarse una comida porque de lo contrario, el hechizo no se rompería y el sapo seguiría siendo un asqueroso sapo, el manual y decía:

Aclaración: Los sapos encantados se alimentan de
amor, cada media hora exacta, debes decirle a tu sapito palabras
cariñosas, ternezas, piropos, hacerle sentir que no es un sapo,
sino un príncipe, para que efectivamente, se convierta en uno,
aliméntalo con amor'?Yo dije: ¿Qué clase de chingadera es ésta?
Pero bueno pues a falta de que hacer lo hice, total pinche sapo a lo mejor sí necesitaba amor, miré el reloj que marcaba las 8:15 de la noche, así que tomé al sapo entre mis manos, y nada más de verle esos pinches ojos tan feos no supe de dónde agarré inspiración y empecé: 'Eres hermoso, te amo'.

Me sentí tan pendeja pero de repente una luz dorada se
desprendió del animalejo, me deslumbró y hasta creí
escuchar el sonido lejano de campanas. ¡A la maaadre! ...fue
mi única expresión pero al momento de verlo el bicho seguía entre mis manos, un sapo común y corriente. Pensé que
quizá me estaba volviendo loca así que a las 8:45 volví a tomarlo
entre mis manos y le dije:'Eres un príncipe, el más hermoso de
todos, te amo'La luz dorada fue ahora más intensa, el
sonido de campanas pareció envolverme, No se qué chingaos me
pasaba haciendo eso, pero todo el pinche día, cada media hora estuve
diciéndole al sapo las cosas más hermosas que salían de mi
cabeza....le hice poesías, le canté canciones, le dije que lo
amaba y lo hermoso que era, y cada vez la luz dorada resplandeciente y el sonido de campanas era más intenso.

Prefería no comer, no ir al baño con tal de seguir con el proceso del pinche sapo feo, todo ese día estuve dedicada a mi sapo.

Al día siguiente, estaba tan cansada que yo creo que me drogó tanto sueño y besé al pinche sapo en el hocico (sí, ya sé? ¡¡qué aaasco!!) Nooo nunca hubiera hecho eso!!!! Me quedé dormida y cuando me desperté había un hombre acostado al lado mío en mi cama!.Me quede impactada osea el pinche viejo estaba de ¡¡¡no maaameees!!! Buenisisisísimo?
... así desnudito listo para comérselo.

Él volteó a verme y me dijo: 'Gracias por romper el hechizo, soy tu príncipe, ¿Me amas?'
No lo pensé ni dos veces y le contesté: 'CLARO QUE SÍ!!! (es que
si lo hubieran viiisto) Estaba más que perfecto, y que me
dice:...'mientras más me ames más hermoso seré' …Uuuuuta, no
cállense, me decía:'Dime qué me amas'- me pedía, y yo le
decía:'Te amo, te amo, te amo'--.--¿Cuánto me amas?' me preguntaba entonces y yo le respondía:-'¡Mucho, mucho, mucho!'--.--¿Qué serías capaz de hacer por mí?'--yo como idiota le decía:'¡Todo, todo, todo, tooodooo!' Claro que le decía todo esto porque no quería perder esas noches de pasión que la neta? ya me uuurgían! Le compré a mi príncipe ropa, porque no tenía y no podía andar desnudo por todos lados, aunque yo
era feliz contemplándolo asi, pero no les iba a dar la dicha a las demás viejas en la calle.
Claro que el principito resulto ser muy
fino y quería que le comprara ropa bien carisísima, AAAh! Y lo
tenía que llevar a comer y a cenar a los mejores lugares.....Un
día, mientras yo aseaba la casa y lavaba su ropa, tomó mi carro
sin avisarme y fue y lo chocó, regresó diciendo que me había hecho
un favor que el carro estaba feo, que no se veía bien en él. ¡¡¡Y
yo aun no terminaba de pagarlooo!!!Pero bueno no sé qué tan
endiosada me tenía que no le di importancia, (esas noches....) Claro que el wey era creidísimo y no paraba de decirme: 'Eres afortunada de tenerme a tu lado'.... No cualquieraaaa!!!
TIENE UN PRINCIPEEEE!!!!!'Las exigencias fueron en aumento, además del coche nuevo, tuve que darle a mi príncipe gran parte de mi sueldo, vacaciones etc. para ello, tuve que trabajar horas extras y
entonces mi príncipe empezó a quejarse de que no lo atendía (el
hijo de su pinche madre), de que pasaba muchas horas fuera de la
casa, que se sentía solo y que yo ya no lo amaba como antes.Las
cuentas seguían llegando, me daba rabia llegar a la casa
a las diez de la noche, después de haber trabajado toooodo el día, y
encontrar al tipo viendo la televisión.Me ví en el espejo: mi mirada estaba pagada, mi cabello necesitaba con urgencia un buen
corte, mis manos ásperas, mi ropa.... ¡hacía tanto que no me
compraba ropa nueva! para que el cabrón se diera sus lujos y encima
dijera:'los príncipes NO DAN EXPLICACIONES'-Total que el pendejo
un día llega y me dice: 'Fui a buscar lo que no tengo en casa, porque
tú ya no me amas, ya no me atiendes, no te arreglas para mí, ya no
haces nada por mí y si no haces nada por mí, me iré, te dejaré,
y si me voy, te morirás de tristeza sin mí, porque tú no quieres
perderme, soy un príncipe.

¡Soy lo mejor que tienes en tu vida!'... pensé en la cantidad de
cuentas por pagar, en las horas de trabajo extra, en
el cansancio, en la frustración y la rabia.
Yo estaba encabronadísima, y encabronadísima es poco?
Emputadísima es la palabra!!!!
Agarré el pinche manual de instrucciones y en la última
página, con letras tan pequeñas como pulgas, pude leer:
'Para deshacer el hechizo, basta con recordarle al príncipe
que es un sapo, basta recordar que tú eres real, basta con recuperar la fé en ti misma y en tu propia fuerza, basta entender que
no necesitas príncipes para ser feliz'.
En chinga bajé corriendo las escaleras y me planté
delante de mi príncipe, el que de repente ya no me parecía tan hermoso ni tan perfecto y le grité:--'¡Eres un pinche y jodido sapo
verde!'?'¡Nooo!'-- el wey me gritó furioso. '¡Soy un príncipe,
soy lo mejor de tu vida tú me amas, me necesitas!'.--'¡Eres un pinche
sapo verde que da asco!!'--. Le grité de nuevo.

'¡Nooo!'--. Dijo ahora, pero en su voz se notaba la inseguridad
¡Tú me amas! ¡No puedes perderme!Me empecé a cagar de la risa y
sorprendido preguntó del por qué me reía y le contesté: 'eres un
estúpido sapo hueco, quién va a necesitar semejante animal tan
asqueroso como tú, bla, bla, bla...

Y entre más le gritaba cosas que bajaran su autoestima más
chiquito se hacía el wey hasta llegar a hacer un sapo.

En chinga fui a regresárselo a la vendedora, quien sonrió y
merepitió de nuevo: 'TODOS SON IGUALES'--


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